Bitácora 30/03/2016, en Recife.
Llegamos a puerto y como siempre ni caso y eso que habíamos llamado por teléfono diciéndole que llegábamos y nos confirmaron que nos estarían esperando. Después de estar haciendo luces, tocando la bocina de niebla y dando vueltas media hora, desistimos, y frente al Nautico y con una corriente por la marea de narices, tiramos el ancla y por la mañana ya veremos. Estamos cansados y necesitamos estar un poco más relajados aunque las tormentas que nos mojan y la marea nos distrae bastante. Por la mañana tras meter el barco en un atraque con medios de hace cien años, no podemos conectar la luz porque no habían pensado que podía llegar un barco donde estábamos, el agua que nos ponen cae a cuentagotas. Recibimos a Daniel, un uruguayo que nos va a acompañar durante un mes en nuestro camino al Caribe y Todas sus islas y nos vamos a hacer los papeles a policía federal, receta federal y capitanía dos portos. La primer en la frente, siempre vamos a la Policia y en esta ocasión el tipo de la puerta colgando llegamos nos dice que no, aunque recelosos, nos vamos directamente a Capitanía y después de esperar media hora, corno como los funcionarios no hacen nada, nos atiende una persona que por raro que parezca nos lo pone todo muy fácil y en menos de media hora nos soluciona todo. Nos vamos a comer al centro del casco histórico de Recife que la llaman la Venecia De Brasil por sus canales, aunque para mí no tiene nada que ver y pasamos por decenas de calles atestadas de tiendas que venden de todo y con las artes de marketing más sofisticadas, música a todo volumen, un Tipo con un micrófono diciendo las excelencia que tiene dentro y comerciales vestidos de uniforme acosando a los viandantes. Y después, vamos a la lavandería, de la peor forma que podíamos hacer. Andando. Y recorriéndo la peor zona de Rexife, cargando mochilas y bolsas y con una cara de turistas que no se nos acaba. Por suerte es de día y la gente nos mira pensando que estamos locos pero llegamos a nuestro destino después de recorrer unos 8 kilómetros, donde una cerveza bien fría nos espera. Volvemos al club en taxi y nos vamos a cenar a un restaurante con música en vivo y luego otra cerveza con música brasileña sentado en la terraza de un local. Regresamos al velero y dormimos como niños. Sed buenos y propicios vientos tengáis.
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Bitácora 29/03/2016, martes, día 29, de madrugada en Recife.
Todo el día la lluvia no se ha despegado de nosotros. Los pocos intervalos que nos ha dejado descansar, hemos tirado la caña y hemos pescado tres atunes y dos corbinas. Nuestra dieta a base de pescado está funcionando a las mil maravillas, vamos a tener omega 3 para dar y regalar. Hoy lo acompañamos con ensalada de patatas y huevo. Nos vamos acercando a unos siete nudos a Recife, pero al no llegar con la marea alta, vamos a ser precavidos y vamos a entrar y Coger una boya hasta que tengamos agua y corriente para hacerlo con seguridad y no quedarnos varados por enésima vez, al estar muy mal indicados los bancos de arena y pasos balizados. Días grises así con la lluvia hacen que la tripulación esté toda bajo la capota antirociones para protegerse y se suceden las Conversaciones mientras escuchamos música. Llevamos dos Dias y medio navegando y apetece tocar tierra firme, y hoy es el día. En una de las guardias nocturnas, no sé si fruto del cansancio o de qué, pero dice que ha visto un tiburón!!. La verdad es que no sé si darle mucha credibilidad, aunque estamos en una zona donde está su hábitat. Llega la Noche y nos preparamos para entrar en puerto y luego cenar. A oscuras y con todas las luces encendidas, Recife parece una gran ciudad. Mañana toca hacer todos los trámites burocráticos del barco y tripulación. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 28/03/2016, lunes, día 28, en navegación hacia Recife
La noche ha sido muy movida, la tripulación que estaba de guardia acababa exhausta de tanto movimiento, pero al alba, el mar se ha calmado y el viento ha hecho acto de presencia y hemos puesto velas. Es un placer siempre que se puede ir a Vela, la ausencia de ruido y movimientos diferentes al de la navegación hacen que se recorten millas sin enterarse. La brisa del mar te refresca y aún así tienes que huir del sol, que abrasa y te queda como no utilices protector solar. Hemos hecho puntas de 10,2 nudos con velocidad constante entre 7 y 8 nudos. Todo un lujo. Para comer hemos hecho una Fideua con calamares, gambas y atún con Fideo fino y de postre, Mousse de maracuyá!!. Por la tarde el viento sigue constante y va en aumento. Por seguridad siempre con dos rizos de los tres que dispone la mayor para que en caso de tener que arriarla sea mucho más Fácil y como casi siempre sopla, el barco con esta medida de Trapo va muy cómodo y seguro. Pico en la caña algo importante pero se escapó al final. Seguimos con juegos de mesas y charlas Animadas hasta que llega la noche y después de cenar unos espaguetis carbonara, Empieza a diluviar con fuertes rachas De Viento y al final sobre las 2:00 amaina y tenemos que arriar velas y poner el Motor. Mañana llegaremos a Recife. Sed Buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 27/03/2016, domingo. Día 27, salimos de Salvador de Bahía rumbo a Recife.
Nos quedan más de 380 millas por delante hasta llegar al siguiente puerto en Recife donde se sumará otro tripulante a bordo. Y como las mareas son tan significativas, ya que puede oscilar en algunos casos como en el que nos ocupa, a unas variaciones ente dos y tres metros que hacen bastante complicada la navegación en esas zonas. Y tenemos que tenerlas previstas para llegar a tiempo y entrar cuando se está completando la marea llena y salir justo con la vaciante, porque la corriente alcanza los cuatro nudos y hace muy difícil la navegación contracorriente. Nada más salir de Bahía, pescamos una corbina manchada de dos kilos. Y ponemos velas y nos lleva el viento a unos cómodos 6 a 7 nudos. Perfecto el día. Volvemos a pescar un par de corbinas más. Ya tenemos el congelador lleno. Al medio día la hacemos a la plancha con una ensalada y arroz blanco de acompañamiento y es un pescado delicioso. El resto de la tarden seguimos navegando a Vela hasta la noche donde nos alcanzan algunos chubascos, metiéndonos hasta 25 nudos de viento donde el barco corre hasta los 11 nudos. Pero como el refrán dice, luego llega la calma y antes de medianoche quitamos velas y ponemos motor ya que los pocos nudos de viento y las olas de metro y medio imposibilitan una navegación confortable. Se suceden las guardias hasta mañana. Sed Buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 26/03/2106, sábado, día 26, seguimos en Bahía.
Nos despertamos tarde. Llueve, por lo que te das media vuelta más en la cama y sigues durmiendo y descansando. Cuando ya no podemos más, nos levantamos y hacemos un desayuno que parece una comida, así no paramos a comer porque nos vamos a la playa. Revisamos el aceite del motor, Inversora y demás y lo dejamos preparado para la salida de mañana. Llegamos en autobús a la playa que es casi para nosotros solos. La ciudad está muy cuidada, sobre todo la que da al mar y el agua está limpia y a una temperatura excelente. Hoy vuela nuestro amigo Dani a Rio de Janeiro, y lo despedimos como se Merece. Han sido unos días fabulosos donde hemos compartido guardias, anécdotas, vivencias y muchas risas. Se le echará de menos en la tripulación. Cuando regresamos al barco después de haber hecho la compra para todos estos días, nos encontramos al lado de la marina con un concierto de jazz. Al que vamos sin dudarlo después de pertrechar todo en el barco. La verdad es que la fusión de jazz con los ritmos brasileños no defrauda para nada. Lástima que acabara tan pronto. Cenamos a bordo y nos vamos a la cama. Mañana salimos hacia Recife. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 25/03/2016, llegada a Salvador de Bahía.
Ver el amanecer junto con el skyline de la ciudad, es algo sorprendente y te puedes Quedar mirándolo horas. Venimos navegando desde Vitoria sin parar, y llevamos casi cuatro días enteros. Se agradece de vez en cuando tocar tierra firme, deleitarte con la gastronomía local, recorrer sus calles y escondrijos más recónditos y perderte en definitiva por los sitios, no como un turista si no como un local. Cuando llegamos a la Bahía Marina, salen a recibirnos en una embarcación auxiliar y nos acompañan a donde está la gasolinera. Después de repostar, nos guían hasta nuestro amarre, pero algo falla, nos estamos acercando peligrosamente a la orilla y les hemos dicho por activa y por pasiva que nuestro calado es de 2,20. Por precaución quitamos motor, vamos solo con inercia y la sonda bajando hasta los 3,1 m. Les avisamos que no está yendo la cosa bien y siguen insistiendo que hay agua, y sin acabar la frase, chocamos con la quilla en algo, duro, pero que por suerte no nos varamos ni tenemos un percance grande. Panda de ineptos. Como se nota que casi toda la gente que trabaja en los puertos, no navegan ni saben las complicaciones que lleva amarrar en puerto, más si cabe con la diferencia tan brutal de mareas que existe en la zona, que pueden variar hasta en dos metros de altura. Por fin, nos cambian a un sitio con agua de sobra y nos dedicamos a endulzar el barco y llenar los tanques de agua, siempre buscándonos la vida, ya que cada puerto, elige un sistema de conexión de manguera que de normal no existe en el mercado y encima ni tienen para prestarte ni para comprar. En fin, una odisea que con ingenio lo solucionamos. Directos a la ducha y nos vamos a recorrer la población. Con un calor insoportable nos metemos en uno de los restaurantes de la zona del casco histórico y comprobamos de primera mano lo que nos habían comentado de los habitantes de Salvador, los bahianos, que son muy perezosos y no les gusta trabajar. Y lo corroboramos en tan solo 2 minutos. Luego regresamos otra vez en taxi a la marina, que aunque tan solo hay unos trescientos metros, nos aconsejan pasar ese camino en taxi, por nuestra integridad física al estar rodeada de varias favelas. Dentro del velero y con el aire acondicionado en marcha para estar a una temperatura agradable, pasamos la tarde jugando hasta que nos cambiamos y vamos a conocer la noche de Bahía. Al ser Viernes santo, la Ciudad está un poco vacía y nos metemos en alguno de los pocos sitios donde hay gente, Y música en vivo y a las 02:00, nos vamos al barco, estamos rotos. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 24/03/2016, jueves, día 24. Llegando a la isla de Boipeba.
Este será nuestro tercer día sin parar de navegar, el viento ahora estable nos lleva a unos cómodos 5 a 6 nudos, que es como realmente disfrutas. Ya que se puede hacer vida en el barco al no estar muy escorado, haces muchas millas al cabo del día y por seguridad si se pone fea la cosa, puedes arriar fácilmente el trapo. Nuestras reservas de atún estaban bajando y decidimos tirar de nuevo la caña. Al cabo de unos minutos estábamos subiendo otro ejemplar, aunque en esta ocasión no era del peso ni largo del anterior, pero llenara nuestra nevera. Estamos cerca de la Costa por lo que de vez en cuando tenemos cobertura de los teléfonos y te puedes conectar. Aunque se vive perfecto desconectado de todos esos aparatos y centrado en disfrutar de la Naturaleza, mar, sol, viento, y deleitándote con un buen libro o una agradable conversación. Para comer, puré de patatas, dos ensaladas y nuggets de atún con soja. La tarde la dedicamos a jugar al burro, por estos lares lo llaman Chancho, pero es divertido, fácil y las risas afloran rápido. Sale una luna llena increíble que nos alumbra completamente. Barcos pesqueros a diestro y Siniestro son las únicas luces que nos encontramos salpicada la costa con alguna pequeña población. Esta Noche llegamos a la isla de Bopeba, a tan solo unas cincuenta millas de Salvador de Bahía, nuestro destino. La idea era parar para verla, pero entre que no tiene un fondeo seguro y tenemos que esperar bastantes horas, decidimos poner proa directamente a Salvador para llegar por la mañana y así aprovechar la ciudad de lleno. Preparamos una tortilla de patatas con salchichas patrulleras, queso provolone, morcilla dulce y salada y de postre, crep con banana, ciruela, leche condensada y cereales y al terminar empiezan las guardias. Mañana día turístico en Salvador. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 23/03/2016, miércoles, día 23,en navegación
Aunque puede parecer que cuando estás navegando sin tocar puerto, todos los días son iguales, nada más parecido a la realidad. Los factores de viento, ola, temperatura, y climatología general, son tan cambiantes, que condicionan la vida a bordo de una manera radical. Hoy el viento sigue empujándonos, y navegamos parte a Vela y otro tiempo a motor. En la transición normalmente, y es porque el viento ha dejado de soplar en intensidad o en la dirección que nosotros queremos, aprovechamos para parar el barco y darnos un merecido baño en alta mar. Hemos hecho para comer marmitako, y un sushi de Atún con soja. Realmente ese pescado nos está alimentando la mar de bien. Realizamos varios juegos entre toda la tripulación, que pasan las horas mucho más amenas. El viento fuerte hace acto de presencia junto a una molesta ola de través, que mueve el barco en todas las direcciones. Pero aún así, a la hora de la cena, nos atrevemos a cocinar entrecot, y varias ensaladas, para finalizar con el postre estrella del barco, que es de maracuyá. Un lujo para los sentidos. Estamos rodeados de nubes y cerca de tierra una tormenta eléctrica que por suerte no nos sigue. Sobre las 2 de la mañana nos descarga un aguacero, sin mayores consecuencias, quedándose una noche movida por las olas pero sin lluvia. Y seguimos los turnos de guardia. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 22/03/2016, martes, día 22, salimos de Vitoria navegando hacia Salvador de Bahía.
Amanece como los últimos días, con un sol radiante con algunas nubes que potencian los rayos dejando una increíble visión. Los Navegantes van haciendo aparición por cubierta a medida que han ido descansando de sus respectivas guardias. Al rato de cambiar el señuelo en la caña, un fuerte tirón navegando a motor, hace que se lleve varios centenares de metros de sedal. Como siempre en estos casos, uno se va directamente a la caña, mientras otro baja las revoluciones del motor pero sin llegar a pararlo. Por lo que tira el pez, creemos que va a ser un buen ejemplar. A medida que se aproxima, nos vamos preparando. Uno lleva la caña exhausto, otro con el salabre, parece que medirá más de un metro, y el tercero con el garfio para poderlo subir a bordo. Cuando lo tenemos a la vista en nuestra popa, se revuelve como puede para zafarse del anzuelo, pero con pericia y algo de suerte, lo podemos izar y con un golpe certero con el bate que tenemos para dicho menester, hemos pescado un atún de unos 11 kilos y más de un metro veinte de largo. Tenemos pescado para varios días. Después de limpiarlo y filetearlo, lo metemos en el congelador y al cabo de unas horas, después de un baño en un mar en calma, con un azul y agua transparente, nos deleitamos con atún a la plancha con patatas fritas y atún marinado con limón, aceite de oliva, pimienta y sal. Espectacular comida. Hace acto de aparición el viento y ponemos velas, que nos empujan a unos cómodos seis nudos. Nos merecemos una siesta y por turnos vamos descansado. El sol se está poniendo y la luna llena está en todo lo alto. Bonita estampa de ambos junto a nuestra derrota, salpicada con unos delfines a lo lejos que no se animan a venir a jugar en nuestra proa. Se hace la noche y al mirar detenidamente la carta, tenemos unos recifes delante durante varias millas, que harán divertida las guardias muy atentos al plotter, la sonda y faros que señalizan algunos pero no todos. Vienen dos pajaritos cansados y juegan con nosotros hasta que se posan en el toldo y después de varias horas se marchan con energías renovadas. Cenamos pasta q la carbonara y después de algunas risas, volvemos a los turnos de vigilia, hoy más que nunca hay que estar atento, alternando motor y vela para sortear los obstáculos que nos vamos encontrando en el camino. Sed buenos y propicios vientos. Bitácora 21/03/2016, lunes, día 21, en Vitoria.
Como llegamos de madrugada y el calado del puerto nos aconsejaba junto a la marea baja no entrar, decidimos fondear enfrente y esperar a que se hiciera de día y hablar con ellos y verlo con luz. Magnifica idea, porque despertarte y ver que estás fondeado en una bahía y rodeado de vegetación y casas espectaculares, no tiene precio. Sobre todo por que lo primero que haces es zambullirte en el agua, para despejarte y luego un buen desayuno a bordo. Una vez recargando fuerzas y como era de suponer, nos ponemos en contacto con el Iate Clube Santo Espíritu y nos comentan que efectivamente no hay calado en esos momentos y que tenemos que esperar unas seis horas a la marea, por lo que decidimos bajar a tierra con la embarcación auxiliar a recargar combustible y de paso visitar la hermosa ciudad que nos sorprende gratamente. Vamos a comer a un chiringuito en la playa mas conocida de la zona, concretamente Moqueka de Peix que por cierto estaba de fábula y una merecida siesta a la sombra que al despertar ya casi era la hora de ir a comprar avituallamientos y salir de la bahía, antes de que se nos haga completamente de noche y sea bastante más complicado como cuando llegamos, ya que la contaminación lumínica de las ciudades, complica y mucho la navegación nocturna, ya que tan solo nos guiamos por una luz roja y otra verde y al estar todo encendido, muchas veces no sabes distinguir cuál es cuál y te confunde. Navegamos a motor con una luna casi llena que alumbra perfectamente nuestra derrota, esquivando barcos fondeados y pesqueros, vamos recorríendo millas hacia nuestro destino. En un momento determinado, escuchamos un ruido extraño, y después de desmontar medio barco, detectamos que es el piloto automático. La reparación que hicieron en Santos, no apretaron todos los tornillos y existe el peligro de que se suelte y produzca una rotura. Pues ya me ves en medio del mar, a unas 10 millas de la Costa y con una ola un poco molesta, metido en la popa, en una posición casi imposible y apretando tornillos, que están muy complicados al moverse todo cada dos segundos. Después de más de una hora, solucionamos el tema y seguimos rumbo. Preparamos unas fajitas de pollo y empezamos las guardias. La noche se antoja tranquila. Sed buenos y propicios vientos tengáis. |
AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
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