Bitácora 9/3/2016,miércoles, día 9, llegando a nuestro destino Santos, con algunos delfines3/13/2016 Bitácora 9/3/2016, miércoles, día 9. Llegando a nuestro destino intermedio Santos, con algunos delfines.
Navegamos unas cincuenta millas mar adentro, más de 90 kilómetros de la Costa que hacen que nuestro velero de casi 17 metros, parezca muy poca cosa, aunque nos da y brinda todo el confort a Bordo. Cuatro camarotes dobles nos dan privacidad, una cocina completamente equipada y operativa que como nos gusta cocinar, la estamos exprimiendo al máximo. Y en general se te pasa el tiempo volando, charlando, leyendo, escribiendo o escuchando música. Tenemos la caña de Pesca tirada pero no pican. Hemos cambiado varias veces el señuelo pero ni aun así. Tendremos que ingeniarnosla de otra forma. Aquí en medio del agua, te da que pensar en muchas cosas. Reflexiones de la vida, el estrés abandonado en tierra. Lo único que se echa de menos es a los familiares y amigos que se encuentran lejos y que en algún momento te apetecería estar con ellos para darles un fuerte abrazo. Pero experiencia como esta, creo que a una persona la hace más fuerte. Saber convivir con uno mismo y con los demás. Muchas veces completos desconocidos pero que al final de la travesía, se han convertido en más amigos que muchas personas que conoces durante años, porque no has intercambiado más que algunas palabras y aquí, estas 24 horas junto a ellos. Es increíble ver cómo el velero va recorriendo millas implacable, fuerte y robusto que nos transmite una seguridad barbara, durante todo el día tan solo nos hemos cruzado con dos pesqueros y un buque mercante. Pocas cosas se echan en falta en estos momentos. Preparamos para comer unos espaguetis carbonara deliciosos, mecidos por las olas en un mar en calma. Una familia de delfines nos acompaña durante un rato, y al cabo de unos minutos prosiguen su rumbo y nosotros el nuestro. Y luego llegaría otra mucho más numerosa que esta sí que estuvo por lo menos 20 minutos saltando y jugando con su velocidad en la proa, mientras nosotros les hacíamos fotos y vídeos para inmortalizar esa estampa. Los delfines particularmente me dan muy buen rollo. Transmiten seguridad. Mientras, pasamos jugando a los chinos, adivinando las monedas que entre todos tenemos en la mano y se hizo la noche. Hicimos un pechito de cerdo con patatas y huevo y empezaron las guardias nocturnas como siempre siguiendo a Jupiter que por la derrota que llevamos, es el planeta que nos está guiando y la más brillante de todas. El programa de estrellas del teléfono nos está sirviendo de gran ayuda para conocer el cielo, ese gran desconocido. Sobre las 23:00 nos cae un buen chaparrón con tormenta eléctrica, que evitamos en la medida de lo posible, variando el rumbo y alejándonos de ella. Esta es la situación más compleja de la navegación, ya que el rayo si estamos cerca, nos impactará casi seguro, ya que somos una atracción metalica para él, y todo lo que llevamos a bordo es eléctrico. Que por el paso de tanta energia, lo normal es que se funda. Por lo que la lógica te dice que no toques nada metálico y que apagues todo lo eléctrico, es decir, ir sin instrumentación, sin Plotter, etc. A ciegas vamos. Pero al final, gracias al radar que nos indica donde se encuentra el ojo de dicha tormenta, nos alejamos lo suficiente para volver a navegar con tranquilidad. Sed buenos y propicios vientos tengáis
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AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
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