Bitácora 5/04/2016, martes, día 36, Fernando de Noronha, el paraíso.
Para llegar a este recóndito lugar, a más de doscientas millas del continente americano, no ha sido tarea fácil. Lo que empezó con viento Franco y buena velocidad, cambió y anoche la guardia fue más dura de lo habitual. Empezó a subir el viento, con el consiguiente trabajo de quitar trapo, para luego ir rolando hasta tal punto que no nos convenía ir navegando hacia esa dirección. Tocaba virar, pero en ese momento, la dirección que llevábamos y la ola hacía que abatiéramos más de lo normal y tampoco nos acercaba a nuestro destino. Decidimos entonces quitar Vela y encender motor y así hemos hecho las últimas 12 horas de las 38 horas totales. Aunque bien merece la pena, cuando faltando más de 20 millas se divisa la Costa de Fernando de Noronha. La ola nos bate y hace que el motor no de más que unos pobres cuatro nudos que ralentizan nuestra marcha. Llevamos la caña puesta desde el alba pero no conseguimos subir nada a bordo. Llamamos por radio cuando nos encontramos a tan solo unas millas del puerto, pero para variar, ni caso. Cuando llegamos, vemos una veintena de barcos, solo un velero y es español y el resto pareces de empresas turísticas del lugar para dar paseos. Decidimos tirar ancla y nos bajamos a la isla. Preguntamos en información turística y nos dan la pauta a seguir. Nos vamos a una playa cercana con unas vistas impresionantes y agua cristalina. Después nos acercamos al museo de Tiburones donde aprendemos varias cosas, sobre todo la hora en la que comen, porque hacía más de 20 años que en la isla no había habido un ataque de tiburón y justamente el pasado mes de diciembre, un ejemplar de llevó puesto un brazo de un turista, aunque como en todo, escuchamos otras Versiones que no las de la prensa, y fue una negligencia de esa persona por estar en el sitio y hora equivocada y sobretodo, saltándose las medidas de seguridad que en la isla imponen. Vemos un ocaso espectacular, la isla tiene magia. La estampa del Sol poniéndose sobre el mar y todos los barcos fondeados, rodeados de grandes montañas llenas de vegetación, hacen que dejes todo y te quedes embobado viéndolo que no te dan ganas ni de hacer fotos. Al hacerse de noche, nos encontramos con un argentino que está trabajando en una empresa de buceo y nos recomienda que hacer el día siguiente. Se lo agradecemos y nos vamos con el auxiliar al velero a hacer la comida merienda cena, que con el ajetreo del día no hemos ni parado a comer. El trajín del día y el cansancio acumulado hace que a las 21:00 h toda la tripulación esté en sus camarotes durmiendo. Mañana visitaremos las mejores playas de la isla. Sed buenos y propicios vientos tengáis.
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AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
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