Bitácora 29/05/16, domingo, día 90de travesía, el cansancio hace mella

Bitácora 29/05/16, domingo, día 90 de travesía, el cansancio hace mella.
Esperábamos tener una noche tranquila,y en mi guardia de la 01:30, teníamos poco viento y poca ola, una travesía bastante buena, pero una hora después el viento ha empezado a soplar con fuerza y ha sacado el Génova que teníamos enrollado, haciendo una bolsa en medio del stay, que hace que volvamos a dar bandazos y castigar al ya más que sufrido stay y enrollador. Pero las condiciones climatológicas hacen inviable el poder subir a enrollarlo con un cabo y caemos, alejándonos del viento para ver si así la mayor puede proteger al Génova y que sufra menos.
Esperamos tensos en bañera casi sin dormir ninguno, hasta que a las 6:30 de la mañana con la luz del día, rodeados de varias tormentas, vemos una ventana en la climatología que aunque va en dirección contraria a la nuestra nos posibilita hacer la maniobra de recogida.
Nos equipamos como siempre, Borja se pone el arnés de escalada y varios Cabos y mosquetones para que yo por medio de las indicaciones que me da Mauri en la base del palo, lo ice con la driza del spi poco a poco, enganchado con la cincha del chaleco por el stay y así no irse de lado a lado y golpeándose contra el palo. Las imágenes son espectaculares, imposibles de describir y que se te graban en la retina, en medio del mar, Borja a unos 15 metros de altura que parece un muñeco de trapo, habiendo ocasiones que la ola que nos alcanza por popa, mueve todo el barco y a él le da una vuelta que lo enrolla contra el Génova. Tras unos duros y agotadores 25 minutos, en ese momento empieza a llover, pero Borja consigue el amarrarlo firmemente y creemos que ya el viento no lo volverá a sacar.
Una vez todos a salvo, recargamos agua con los depósitos auxiliares que llevábamos metidos en la embarcación auxiliar y así podemos sacar la bolsa del asimétrico que estaba metida en el camarote de tripulación debajo del dinghy.
Lo dejamos en la banda sujeto por si en algún momento, la intensidad y la dirección del viento nos permite utilizarlo.
Hacemos cálculos de cuánto combustible nos queda y llegamos a la conclusión por seguridad y ser precavidos que tenemos que navegar unas 100 millas a unos 3 nudos de velocidad, solo con la mayor y viento fuerte de ceñida, lo contrario de lo que teníamos previsto y lo que nos vienen informando por el teléfono satélite desde España.
Son las 9 de la mañana y estamos destrozados. Cansados y con sueño, pero parece que todo lo que hemos hecho esta aguantando.
Apagamos motor y nos desplazamos lentamente solo la mayor y la puñetera ola de lado que nos mata, pasan así 10 interminables horas que no hemos avanzado más que unas 25 millas y volvemos a poner motor para ver si más adelante hay unas condiciones mejores para seguir a Vela.
Mauri me comunica que todo el agua que hemos cargado en los depósitos la hemos perdido porque un grifo de la ducha, en una de los tantos pantocazos ha volcado una mampara y lo ha dejado abierto. Cuando nos damos cuenta tan solo nos queda un 4% en los tanques. Menos mal que llevamos unos bidones con casi 150 litros de respeto que nos darán más que suficiente para llegar a Bermudas.
Pasamos el resto del día, descansando lo que se puede, leyendo y escribiendo.
Para comer Hacemos una pasta que compramos en Puerto Rico, que no está mal pero no estamos acostumbrados y luego cuando se hace de noche, ni cenamos. Empiezan las guardias con motor y esta noche sí espero sea tranquila. Pero antes de mi primera guardia, Mauri me despierta indicando que el motor baja de vez en cuando de revoluciones, debido probablemente a la suciedad del combustible que se almacena siempre al fondo de lo tanques y que con tanta ola lo está sacando a los filtros. Decidido entonces navegar solo a Vela, a unos 3 nudos y por la mañana recargar combustible. A esa velocidad, el barco se mueve menos y podemos descansar bastante mejor.
Sed buenos y propicios vientos tengáis.