Bitácora 10/06/16, viernes, día 102, salimos hacia Sant George.
Nos levantamos en medio del varadero, el barco aunque esté fuera del agua se mueve mecido por el viento, una sensación extraña. Mientras los mecánicos siguen con la reparación, nosotros estibamos todo, cargamos los depósitos de agua, y llamamos para recoger el Génova que ya está reparado. Nos tiran el barco al agua, nos despedimos de Pablo, José y Elvira que trabajan en las bases que están pegadas al varadero y enfilamos la proa hacia Sant Georges para además de recoger la vela hacer los trámites de salida del país. A los cinco minutos, ya en medio del canal que nos llevará al destino, veo que no sale agua por el tubo de escape, es decir, el motor no se está refrigerando. Paramos motores, abrimos el compartimento y efectivamente, el líquido refrigerante está saliendo de su compartimento por estar demasiado caliente. Acaban de reparar la Inversora unos profesionales cualificados y nos encontramos a la deriva, sin gobierno y a menos de doscientos metros de arrecifes en los que podemos encallar. Decidimos tirar el ancla y llamar a Pablo para que a su vez, avise a los mecánicos y que salgan con una embarcación a ayudarnos. Tras una espera de unos 20 minutos, chequeando que no garrea el ancla y nos lleva hacia menores fondos, aparece el Mecanico, que tras abarloárse a nuestro barco, revisa la instalación que han hecho, cambia un rodete del motor y empieza a circular el agua refrigerando el circuito y todo vuelve a la normalidad. Nos despedimos de él diciendo que no lo queremos ver más en esta vida, por lo menos si no es con una cerveza en la mano y le pedimos que llame a la velería para que nos esperen, ya que este inconveniente nos ha hecho perder un par de horas y le dicen que ellos cierran a las 17:00 y que mañana a las 10:00 nos la darán. Muy simpáticos. Podíamos salir esta misma tarde hacia Azores y ahora tendremos que esperar una noche más. Y ya casi justo en la bocana de entrada a la bahía de Sant George, aparece por la popa un gigantesco crucero, en nuestra misma dirección, haciendo tocar la bocina como un energúmeno, cuando aún faltaban muchas esloras y cabíamos los dos perfectamEnte. Aunque tuviera preferencia por ser un buque con maniobra restringida, nosotros no nos íbamos a salir del canal perfectamente balizado ya que corríamos el riesgo de encallar en los arrecifes cercanos. Nos pegamos lo más que pudimos a la línea imaginaria entre las dos boyas que nos indicaban estribor y aparece la embarcación del practico a toda velocidad saliendo un tipo e indicando que comiéramos la radio todo por señas. Como la llevábamos encendida y al lado nuestro se la muestro y dicen que por el canal 27, y una vez ambos en este, me comentan que no nos movamos que sigamos línea recta que nos va a pasar el pedazo crucero, y que a dónde íbamos. Se lo decimos y cuando nos habladas el crucero, nos indican que tenemos aguas libres y que procedamos a puerto. Vaya estrés, nos salía por las orejas, pero ya estábamos fuera de todo peligro. Entramos a la bahía y optamos por no bajar el dinghy cuando llegamos a Sant George, y nos abarloamos para hacer los papeles de salida y verificar que hemos llegado a las 18:00 y la velería no está abierta. Pues ni una cosa ni la otra, cerrado y la Policia que custodia los trámites, muy antipática y dándonos prisa para todo y que abandonaramos el pantalan semidestruido que tienen pero sin quitarse las manos de los bolsillos. Como se nota que no navegan. Al final, esperamos a que un barco de pasaje salga del muelle que está enfrente y nos abarloamos. Nos vamos a la plaza de al lado que tiene wifi gratis y nos bajamos toda la meteo actualizada y nos despedimos por medio de las redes sociales de nuestra gente hasta dentro de unas semanas. Hacemos unos papardelle al pesto para cenar y vemos la película de Robert Redford, "cuando todo está perdido", que va de un navegante en solitario que su velero choca con un contenedor perdido semihundido y le pasa absolutamente de todo. Después de ese aprendizaje, nos vamos a dormir, que mañana empieza lo bueno. Sed buenos y propicios vientos tengáis.
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AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
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