Bitacora 6/05/16, viernes, día 67, odisea con inmigraciones en San Juan, Puerto Rico.
Después de desayunar y hacer la colada, me encuentro con un patrón que se les había estropeado su embarcación auxiliar y me piden que los lleve al velero que estaba fondeado al lado del nuestro a lo que acepto por supuesto y en el camino me va contando que está haciendo la travesía opuesta a la nuestra con destino final, Ilha Grande en Brasil, la isla que me ha encantado siempre y a la que he ido ya en varias ocasiones. Me alerta que con adunas y migraciones vamos a tener problemas al igual que los han tenido ellos, que se los llevaron detenidos y casi esposados a las dependencias oficiales y no se quedó corto con lo que nos pasó. Cuando llegamos a la oficina de la marina, muy cordialmente llaman a aduanas y le comentan que somos tres personas y que hemos venido en velero, el oficial que me atiende me empieza a hacer decenas de preguntas que voy contestando hasta que al final me dice que nos esperemos allí que van a ir unos agentes para formalizar la entrada. Al cabo de unos 20 minutos, aparecen tres policías de aduanas e inmigraciones y con un aire de superioridad y prepotencia nos indican que no tenemos visa para estar en suelo americano y aunque yo había sacado el ESTA, que es el documento que se puede hacer por internet y que te habilita si te lo aprueban a entrar por medio de avión o crucero comercial, en velero privado no lo admiten y a los dos argentinos que están a bordo, tampoco al no tener visa. Nos dan dos opciones, o les pagamos 585 dólares por persona como una especie de multa y así nos dan una visa temporal o nos vamos de allí inmediatamente y no podremos entrar en EEUU durante mínimo cinco años por haber violado sus leyes. Después de mucho discutir y decirles que no les íbamos a pagar, y que habíamos obrado de buena fe y que la entrada en puerto había sido por necesidad y toda una serie de cosas para que se apiadaran de nosotros, deciden llevarnos a sus oficinas donde superiores valorarán que hacer. Nos vamos en dos coches patrullas con agentes armados hasta los dientes e incluso con chaleco antibalas y cuando llegamos nos comentan que tienen que hacer todo el protocolo de inmigrantes ilegales y nos tienen más de cuatro horas, interrogando, con careo incluido, nos registran y nos cachean minuciosamente después de habernos metido en el calabozo para llevar tal menester. Junto a nosotros dos navegantes más, un canadiense y un suizo que les ha pasado lo mismo que a nosotros, uno de ellos completamente enojado, a punto de llorar. Los trámites se hacen eternos hasta que al final deciden no cobrarnos pero si darnos una visa durante seis meses para estar en suelo americano pero si salimos, no podemos entrar sin una visa. Aviso para Navegantes que vayan a estar por el Caribe, sacad la vida de EEUU aunque no penséis entrar en suelo o aguas territoriales americanas para evitar disgustos. Bueno, sin comer y aburridos de tanta burocracia, nos devuelven a la marina, son casi las 9 de la noche y hacemos la comida merienda cena a bordo y después voy a dar una vuelta para celebrar que no hemos quedado presos a una zona cercana que se llama Condado, donde hay bares, restaurantes, hoteles y discotecas llenos de gente y decido entrar en el Blue Martini, más cerca de la marina que por lo que me cuentan y luego compruebo es el lugar de moda, gente bien, música buena y actual, y hasta las 02:00 que regreso al velero. Mañana más y mejor ya como inmigrantes con papeles. Sed buenos y propicios días tengáis.
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AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
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