Bitácora 4/3/16
Reanudamos la navegación, ya con mejor tiempo. Después de poner el tercer rizo en tierra, cargar agua, limpiar filtros por la varada y abonar el día en puerto, nos hacemos al agua a las 10:00 h sin dejar la misma derrota que trajimos salvo en el sitio donde embarrancamos. Esta vez sin problemas, salimos a las dos horas a mar abierto, que nos recibe con una sinfonía de olas encontradas que nos baten sin remedio, donde decidimos sacar el Génova para darle mayor estabilidad y potencia y cuando salimos de ese embrollo, recogemos Génova y sacamos la mayor con el segundo rizo y luego todo el Génova. Navegamos sobre los 7 y 8 nudos a un través, el barco bastante plano y con sol y temperatura ideal. Tiramos la caña a ver si nos sonríe otra vez la fortuna. Y nos relajamos. Han transcurrido varias horas perfectas, mar y viento en sintonía, calor y sol radiante. Pero a las 20 horas, el barco se va de orzada y trasluchamos, enganchando la línea de pesca que habíamos tirado con la quilla probablemente y se corta. Pero cuando volvemos al rumbo que veníamos el piloto automático se desconfigura y no podemos recalibrarlo hasta que lleguemos a puerto. Hemos hecho decenas de pruebas y combinaciones pero el error que nos da, aconseja llevarlo a mano, como los antiguos navegantes hasta poder ponerlo a punto. Van a ser unos 280 millas que nos quedan a Florianopolis, muy divertidas. Adema el viento ha caído por completo y hemos arriado velas, vamos a palo seco, con poca ola y a motor sin piloto automático. Nos disponemos a hacer la cena ya que las guardias van a ser muy entretenidas al tener que estar siempre alguien en el timón!! Sin embargo, navegar de esta forma, orientado por las estrellas como puntos de referencia en medio de la noche, pasando de vez en cuando alguna estrella fugaz lo mismo que algún Satelite y sentir en la rueda del timón que eres tú el que está gobernando la embarcación, es mágico. Hemos pasado a hacer guardias de 90 minutos a la caña, porque ahora va a ser durante las 24 horas, ya que no podemos dejar ni un solo instante la caña sola. Lo que queda de luna nos alumbra el camino y gracias a una app del móvil, conocemos estrellas y constelaciones muy interesantes. La temperatura por la noche es bastante agradable y cuando amanece, viene con un sol radiante y poco viento que hace que sigamos a motor. Volvemos a tirar la caña por si algún pez pica y esto ya será de otro día. Sed buenos y con propicios vientos.
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AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
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