Bitácora 20/06/16, lunes, día 112, cambiamos huso horario.
Ayer hicimos 140 millas, noveno día de Bermudas/Azores. En mi guardia nada relevante, No vemos ni luces, ni barcos ni nada. La verdad es que está siendo una travesía que podíamos estar durmiendo dentro todos y que el barco fuera solo con el piloto automático y con el radar detectando si hay algo ahí fuera, pero ninguno de nosotros permitiría algo así, y por ello vamos rotando las guardias activas, vigilando que el velero vaya a su rumbo, el viento no nos gaste ninguna jugarreta de las suyas y que los peligros que nos acechan sean los mínimos posibles. Mi segunda guardia después de desayunar junto a Mauri unos huevos revueltos con bacon, es en un día gris, con niebla, el mayor enemigo de la navegación, ya que no ves prácticamente nada y las colisiones en esos casos son importantes. Pero ya sería mala suerte que en casi diez días no nos hemos cruzado con nadie salvo dos veleros para que nos vayamos a chocar con un carguero, no? Transcurre el día y sale el sol disipando la molesta niebla, mientras yo sigo escribiendo. Hoy es el cumpleaños de mi hija, 9 años, una de las razones que más me importan en esta vida y lo que añoro más que nada en esta travesía junto a su hermano Héctor. La llamo por el teléfono satélite para felicitarle el día y de paso me lo alegra también a mí escuchar sus voces a miles de kilómetros. Decidimos ir adaptándonos al huso horario que hay en Azores y que son tres horas más que teníamos en Bermudas, adelantando a las 12:00 una Hora más durante los próximos tres dias para llegar a las islas adaptados al horario. Ya en Azores tan solo nos separaran dos horas menos que en la península ibérica. Para comer hacemos pasta con brotes de soja, maíz, guisantes, huevo duro y atún, para combinar o con soja, salsa picante o mahonesa. Por la tarde, cada uno lee, escribe o descansa, hasta que el viento nos rola a oeste, por lo tanto trasluchamos para ir subiendo un poco más de latitud y al cabo de media hora al norte, por lo que acabamos en una completa ceñida, que pasa preservar el barco y las velas, recogemos más Génova y aún así vamos entre 4 a 6 nudos de velocidad. Por la noche, hacemos salchichas, puré de patatas y huevo. Empiezan las guardias. Sed buenos y propicios vientos tengáis.
0 Comentarios
Bitácora 19/06/16, Domingo, Dia 111, Pasamos el
Ecuador de la travesía. Ayer hicimos 190 millas, octavo día de Bermudas/Azores. La primera guardia después de haber dormido cuatro horas seguidas casi inconsciente, el viento constante en unos veintipocos nudos y sabiendo que tenemos controlado el Génova, es un auténtico placer. Vamos rápidos, a rumbo y devorando millas. La noche es perfecta, una luna casi llena que alumbra el barco por popa que parece que llevemos un foco reflector a bordo. Mi segunda guardia cuando me levanto y desayuno junto a Mauri, sigue resultando muy buena, está nublado, cae una fina lluvia de vez en cuando pero nada destacable. Hemos recibido mensaje de tierra indicando que el viento va a bajar y rolar a derechas, por lo que tendremos que ir subiendo de latitud como vamos haciendo para así aprovechar esa circunstancia. Según los cálculos llegaremos probablemente el sábado, buen día para celebrar el cruce. Cuando no estoy de guardia, sigo escribiendo, leyendo o viendo alguna serie en la tableta. Aunque parezca desde fuera que es monótono, nada parecido. Estamos en un estado de alerta continuo y eso no te deja confiar en el azar. Siempre estamos haciendo cosas y no he sentido ni un minuto de ansiedad o aburrimiento. Para comer hacemos carne con patatas y ensalada de arroz. La tarde sigue siendo buena, empieza a rolar y en vez de subir, bajamos irremediablemente pero no podemos hacer nada, si trasluchamos es peor. Para celebrar que ayer hicimos todo y está resultando todo un éxito la travesía, solo destacaría que nos falta pescar, desde que ha venido Borja no ha subido un pescado al barco. Mauri nos invita a unos cohibas cubanos, que había comprado para regalar, que aunque no somos ninguno fumadores de puros, lo disfrutamos como se mereció. Vemos una película de acción en la bañera, mientras en el horno nos espera un trozo de carne de cerdo, con muchas especias y patatas en rodajas y cebolla. Un lujo poder comer ese plato en medio del Atlántico. Empiezan las guardias. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 18/06/16, sábado, día 110, volando voy, volando vengo. Ayer hicimos 172 millas, séptimo día de Bermudas/Azores.
Así rezaba una canción de Kiko Veneno que continuaba "por el camino, yo me entretengo", y no le faltaba razón. Esta travesía está resultando ser un master en navegación. Nos está pasando de todo y gracias a Dios y a la pericia y coraje de todos, estamos solventando la mayoría de problemas, a veces con soluciones bastante imaginativas, pero siempre confiando en nuestras posibilidades y armas como tripulación unida y que sabe en todo momento lo que hay que hacer. El cruce de ida de Europa a América es un auténtico paseo en barca en un lago comparada con la vuelta a Europa. Lo que más nos dificulta la buena travesía es la ola que nos hace aproarnos en exceso y eso deriva en que las velas sufran más de la cuenta y al llevar todo el Génova desenrollado y la mayor con tres rizos, cada dos o tres minutos, nos vamos de orzada, el barco se pone a escorar a 40 grados, para luego el piloto empezar a corregir cayendo, pero luego otra ola hace que derivemos más y volvemos a empezar con la fiesta. La única lectura buena además del gran aprendizaje en cuanto a navegación que estamos viviendo en nuestras propias carnes, es que vamos volando en velocidad. Con 30 nudos de viento con alguna racha de más intensidad, estamos haciendo una media de 8 nudos con puntas de hasta casi 14. Las guardias dobles han resultado muy efectivas y por suerte no hemos tenido que actuar mucho, salvo para cargar Baterias, corregir en algún caso la dirección que lleva el piloto y otear el negro horizonte para ver si hay alguna tormenta que nos pueda alcanzar y complicar un poco más la existencia. En el momento en que baje el viento tenemos que enrollar o arriar el Génova, está al límite de poder aguantar este viento, por lo que si sube un poco más, tendremos serios problemas. Por el teléfono satélite nos dicen que ya ha pasado lo peor, pero en el agua, no lo tenemos tan claro. Pero no nos queda otra que resistir como jabatos y esperar a que las condiciones sean más favorables mientras nos acercamos como rayos a nuestro destino. Los tres estamos cansados, mojados y aún con 900 millas por delante. Hoy pasamos el ecuador de la travesía, pero eso indica que nos quedan mínimo otros 6 días. Para desayunar hago unos Sandwichs de bacon queso para mantener alta la moral de la tripulación. Pedimos consejo a tierra por el satélite de que hacer y cómo pero las soluciones no son factibles por el estado del mar y viento. Nos armamos de valor y coraje y después de un buen plato de alubias, patatas, cebolla, ajo, tomate y atún, nos tiramos en la proa metiendo el enrollador dando vueltas y más vueltas durante tres duras horas, con olas que nos bañaban por completo y el barco dando bandazos a diestro y Siniestro, pero lo hemos culminado con existo y ahora con menos de medio Génova vamos seguros. Después de toda esta odisea, lo único bueno es que hemos recorrido casi 190 millas en un día desde que se soltó el enrollador. Nos metemos una buena ducha, ropa seca y nos disponemos a cenar, hoy vamos a caer rendidos, ha sido una noche y día muy duro. Empiezan las guardias. Mañana más. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 17/06/16, viernes, día 109, a 1.000 millas de Azores y bajando. Ayer hicimos 85 millas , sexto día de Bermudas/Azores.
Llevamos más de 800 millas recorridas y hemos tenido de casi todo. Encalmadas que queríamos matarnos por solo ir a un nudo o incluso menos pero con una ola que nos zarandeaba como la centrifugadora de una lavadora, pasando por vientos de más de 20 nudos con rachas de hasta casi 30 nudos, que han puesto el barco a casi 13 nudos de velocidad. Sol, lluvia, calor, frío, humedad, de todo un poco. Hemos tenido veleros vecinos que por unas causas u otras hemos dejado de ver, debido probablemente a que cada uno tiene una información y cuando la estudia y la procesa la decisión resultante es diferente o simplemente por la velocidad que desarrolla cada barco, que en solo unas horas puedes distanciarte tantas millas que ya no los puedes ver. Hoy, en la guardia de la 01:30, hemos decidido trasluchar e ir hacia el norte y ha sido una magnífica elección, hemos abandonado los ridículos 2 nudos y hemos pasado a navegar con 7 y 8 nudos de velocidad y encima a rumbo casi directo. Estamos subiendo de latitud con todo lo que ello implica, más viento, más frío, más probabilidades de borrascas, pero nos molestan más las encalmadas que el viento, siempre que no sea excesivo. En mi segunda guardia, creemos haber visto a unas diez esloras una ballena, ya que el mar estaba bastante calmado y hemos visto emerger el típico sifón que las caracteriza durante tres o cuatro ocasiones. Al final ha desaparecido por donde ha venido y hemos seguido desayunando. Pero solo imaginarte que has estado tan cerca, ya es increíble. Hoy me he acabado el libro que ayer finalizó Borja y hemos estado comentando la trama y lo bien que ha estado. Recibimos un parte de Pablo por el teléfono satélite indicando que esta noche vamos a tener 30 nudos del suroeste, ya veremos en qué queda todo, porque la previsión de ayer que íbamos a tener una borrasca encima resultó ser una encalmada de narices. Hacemos una pasta con salsa boloñesa y el que no está de guardia o descansa, lee o escribe. Pero los casi 30 nudos hacen acto de presencia desde la tarde y vamos surfeando las olas rapidísimos. Y eso que vamos con tres rizos en la mayor y el Génova prácticamente enrollado por seguridad. Vamos equipados con trajes de agua, chalecos y líneas de vida. De vez en cuando una ola atraviesa la proa del barco, inundando la regala y haciendo escorar el barco que las vela empiezan a flamear y el piloto automático se va fuera de rumbo y ya te ves menos al que está de guardia cogido con la línea de vida a los arraigos de bañera, saliendo de los camarotes para ver si ha sido solo una ola o es el viento que ha empezado a arreciar y se necesitan manos para arriar velas o cambiar de dirección. Las olas son implacables y el barco parece un auto de Choque y eso que las recibimos de aleta o casi de popa, con alguna despistada que viene por el través, que si vinieran de proa, sería salvaje. Por la noche y para Dormir más tranquilos recogemos el Génova hasta dejarlo en un pañuelo, todo bien hasta que al cabo de unos minutos se suelta el enrollador y sale todo el trapo, y vamos con treinta nudos de viento. Mal, muy mal. Las opciones que tenemos para solucionar el tema son solo dos. Una es intentar pasar un cabo por el enrollador y empezar a dar vueltas hasta conseguir poder enrollar parte, pero las olas y que el barco se va de orzada cada treinta segundos no la hace muy viable, y encima es de noche. La segunda, es correr con todo el trapo arriba, que nos impulsa hasta casi los 13,5 nudos de velocidad y esperar a que amaine para poder arriarla y enrollarla como toca. Y que aguante toda la jarcia de los embistes que está soportando. Es la primera noche que doblamos las guardias y la tercera persona está vestida y preparada para salir rápidamente pero se encuentra descarnado en el sofá del salón, en vez de estar en bañera con los otros dos. Hacemos un par de Sandwichs para cenar de atún con mayonesa y empiezan las guardias, confiando que el piloto automático lo haga tan bien como hasta la fecha. Nos espera una noche movidita. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 16/06/16, jueves, día 108, avanzando milla a milla hacia Azores con amenaza de Borrasca. Ayer hicimos 106 millas, quinto día de Bermudas/Azores.
En mi primera guardia de la 01:30, el viento se ha establecido y nos movemos a unos cinco nudos y en la dirección que nos acerca a nuestro destino. Perfecto, porque ayer no fue un día muy bueno en cuanto a viento. La noche está tranquila. Poca ola y con alguna tormenta amenazando pero nos están respetando. Es nuestro quinto día navegando desde que salimos de Bermudas, y es cuando te das cuenta que estamos en medio del Atlántico, que somos una pequeña gota de agua y que en estos momentos es cuando tienes que sacar lo mejor de ti para afrontar y solucionar todos los problemas que vayan surgiendo porque estamos solos. La convivencia en el barco es fenomenal, las tareas son compartidas y siempre hay camaradería y muy buen rollo, con risas por aquí y por allá, y de vez en cuando, contando batallitas. En mi segunda guardia, Mauri me comenta que ha recibido en el teléfono satélite, mensaje desde tierra indicando que está Noche y mañana viernes nos pasa una borrasca por encima un poco más al norte de nuestra posición. Pero el cielo está negro, el radar nos da lluvia por estribor y proa y me equipo hasta los dientes con ropa de abrigo, traje de agua completo, botas de lluvia, arnés de seguridad con líneas de vida porque ya no me fío de nada. Va a llover si no lo esquivamos aproandonos, que es lo que hacemos. La primera tormenta pasa delante nuestra sin mojarnos. La segunda y tercera amenaza con alcanzarnos. Vamos a unos 4 nudos con una intensidad de 9, no está mal. Vamos a ver qué ocurre en las próximas horas. La amenaza de borrasca no nos va a dejar muy tranquilos. La última vez rompimos el Génova, que ahora está en forma de tormentin, es decir, sale tan solo un metro de vela. Al final, una de ellas nos descarga un buen aguacero que menos mal que vamos con los trajes de agua. Y tras la tormenta llega la calma, lo único bueno es que el viento ha rolado y nos lleva en buena dirección. El barco va dando bandazos por las olas. Estamos acostumbrados aunque de vez en cuando maldices a todo lo que se mueve, ya que es difícil hacer cualquier tarea, cocinar, leer, sentarse e incluso dormir. Mientras estoy haciendo la comida, arroz al curry, el viento baja por completo y ponemos motor y no damos cuenta al arriar la mayor que se han roto los dos primeros patines y sin ellos es muy fácil si hace mucho viento que el resto al embolsarse la vela se rompan también y tengamos graves problemas. Decidimos comer rápidamente y mientras haya luz, solventar ese problema. Sacamos la caja con él kit de costura y nos tiramos casi dos horas y media entre coser los patines de respeto con una cincha nueva, mecidos de lado a lado por las olas, y cuando ya la tenemos otra ve lista para izar, uno de los patines que se han soltado, se ha quedado trabado en medio del palo y después de hacer varios inventos para tratar de bajarlo, hemos tenido que subir a Borja, en medio del Atlántico a solucionarlo. Eso sí, han salido unas imágenes espectaculares con la gopro. Estamos destrozados, está resultando un día agotador. Se va haciendo la noche y ni el viento ni la tan temida borrasca que nos habían avisado hacen acto de presencia y vamos lentos Navegando y más orzados a nuestro destino de lo que nos gustaría, pero no tenernos más remedio que aguantar y esperar a que sople más. Empieza a refrescar más cuanto más subimos de latitud y se agradece llevar pantalón largo y una chaqueta o suéter. Hacemos la cena y empiezan las guardias. Esperemos que sea una noche tranquila al menos. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 15/06/16, miércoles, día 107, lluvia y poco viento. Ayer hicimos 145 millas, cuarto día de Bermudas/Azores.
Cuando me despierto a la 01:30, veo que vamos casi parados y cuando salgo me comenta Mauri que ha estado diluviando y que el viento ha bajado y ha rolado, por lo que vamos a tan solo 2 ó 3 nudos y con dirección a Canarias. Mal. Hay que corregir. Pero es de noche y la intensidad del viento no aconseja hacer otra cosa nada más que esperar. El barco se zarandea por las olas y el escaso viento, haciendo golpear las velas y el ruido es ensordecedor. Noche movidita, hasta que en mi guardia de las 07:30, trasluchamos y ganamos velocidad y recuperamos barlovento perdido. Desayunamos y con un día con menos ola, sol y buena temperatura, vamos tragando millas. Hago una salsa con tomate, patata, cebolla, guisantes, ajo y unas especias que encuentro para hacer fajitas, que acompañado por el arroz blanco, hacen las mil delicias de la tripulación. Borja está acabando el libro que yo acabo de empezar y solo hace que gritar de lo emocionante que está el final. Mientras unos están de guardia, los otros leen o duermen. La caña no hace bien su trabajo y antes de anochecer la quitamos por aburrimiento. El viento cae casi por completo y ponemos motor para cargar baterías mientras hacemos la cena que consistió en puré de patatas, huevos y salchichas. Después vimos la película española "Que se mueran los feos", y nos reímos un buen rato, a la vez que estábamos casi parados zarandeados por las olas y el escaso viento reinante. Cuando acabó la película, trasluchamos y el barco empezó a caminar a unos 4 a 5 nudos por fin. Empezaron las guardias nocturnas. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 14/06/16, martes, día 106, devorando millas hacia Azores. Ayer hicimos 160 millas, tercer día de Bermudas/Azores.
Desde la primera guardia de la noche, el barco sueco se ha ido más al sur que nosotros y por la mañana ya no estaba a nuestro alcance visual. Hemos orzado un poco más en mi guardia de la mañana para ver si lo vemos. Desayuno con Mauri unos huevos con bacon y un café con leche y mientras él se va a descansar yo pongo a cargar baterías, emisoras y teléfono satélite, y sigo leyendo el nuevo libro que he empezado "La verdad sobre el caso Harry Quebert" de Joël Dicker. Seguimos devorando millas a unos 7 nudos de media, y por la información que nos llega del teléfono satélite, estas condiciones seguirán estables hasta el viernes. Perfectas noticias. Llevamos más de 350 millas y si los planes no fallan, hasta el viernes habremos recorrido 600 millas más, faltándonos menos de 900 millas para nuestro destino. Mauri hace un arroz con sol y huevos, de auténtico mérito ya que las olas que nos abordan, hace que el barco vaya de lado a lado. El viento sube de intensidad y nosotros recogemos el Génova hasta dejarlo como un tormentin, y con los casi 20 nudos de media y rachas hasta 25, vamos rápidos. La tarde ente guardias, leer y descansar pasa rápido, hasta ver el enésimo ocaso que no me cansaré de ver nunca. Hago una sopa de calabaza, y ensalada de arroz con atún, pimiento y maíz. La luna cada vez está más grande y la Noche parece tranquila. Empiezan las guardias. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 13/06/16, lunes, día 105, predicción de más viento en nuestra zona. Ayer hicimos 116 millas, segundo día de Bermudas/Azores.
Me levanto antes de mi primera guardia de la 01:30 de la madrugada porque el Génova está dando bandazos y ayudó a Mauri a recogerlo por completo, la intensidad del viento llegaba a superar los 20 nudos y con solo la mayor ya navegamos entre 6 a 8 nudos. Mucho más que suficiente y así estamos más seguros. Veo por nuestro estribor una luz que todo indica que es otro velero, estará a unas 3 millas. Perfecto, ya navegamos tres veleros bastaste cerca para la distancia que nos separa de Azores y si tenemos algún problema sabemos que dando la voz de alarma nos pueden auxiliar en un corto plazo de tiempo. Después de desayunar en mi segunda guardia, el velero de la noche lo tenemos a sotavento bastante lejos, y a medida que transcurre el día, vamos sacándole ventaja hasta que el viento empieza a soplar entre 20 y 23 nudos y recogemos casi todo el Génova, momento en que se pone más cerca y nos llama por radio. Es un barco sueco que también habíamos coincidido en Bermudas y va a la misma isla que nosotros en Azores. Intercambiamos impresiones en inglés sobre la meteo y los planes para la noche, y decidimos caer al sur, ya que mañana vamos a tener más ola, por el viento que está soplando hoy. Para comer he hecho una pasta con atún, tomate, cebolla y pimientos, y hemos seguido todos en cubierta para ver la evolución con el velero vecino. Es un lujo contar con un velero al lado, a tan solo unas 10 esloras como máximo por si ocurre cualquier cosa. Igualamos la velocidad con él para ir bastante paralelos y vamos recorriendo millas a entre unos 7 a 8 nudos, una magnífica velocidad, tan solo con una molesta ola que nos viene por la aleta que llega a alcanzar a veces más de cuatro o cinco metros de altura. El resto de la tarde, lo pasamos leyendo, viendo el ocaso y cargando baterías con el motor. Vemos una película en el ordenador y hacemos una sopa de fideos y carne en salsa con patatas. Empiezan las guardias nocturnas. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 12/06/16, domingo, día 104, empieza el viento en serio. Ayer hicimos 66 millas, primer día de Bermudas/Azores.
En mi guardia de las 07:30, después de que Mauri haya mandado el mensaje de todo ok por el spot a nuestros amigos y familiares que cada 12 horas lo reciben indicándoles también nuestra posición, me ayuda a sacar un poco más de Génova, acomodar el rumbo y como ha subido la intensidad del viento, ahora nos movemos entre 5 a 8 nudos de velocidad. Si, esto es lo que íbamos buscando. Encima la dirección de la ola nos acompaña y el rumbo que llevamos es bastante bueno para no perder millas e ir siguiendo la línea ortodromica hasta Azores. Nos quedan aún unas 1.600 millas hasta la primera isla y unas trescientas millas más hasta San Miguel, la última y más cercana a la península ibérica. Hace sol, la temperatura aunque es agradable, se agradece llevar algo más de ropa, ya que estamos subiendo de latitud y eso se nota. La caña nos da una alegría y recogemos el sedal, con bastante esfuerzo, y cuando lo sacamos, es una bolsa gigante de plástico. Maldita sea, queremos pescado. Lo único bueno es que ya no se lo comerán los peces. Él enrollador del Génova nos está dando un poco más de guerra de lo normal y cuando estamos los tres despiertos, nos vamos dos a proa, para quitarle las escotas y enrollarlo bien, pero tras hacerlo nos damos cuenta que es problema del último tercio del cable del stay que está un poco doblado y la driza quiere enrollarse con él y entonces da tirones. Lo solucionamos más menos jugando con la driza y sacamos cuando el viento se establece todo el Génova para correr un poco, ya que en 24 horas, tan solo hemos recorrido unas 70 millas, una ridiculez. Mauri hace para comer Polenta con carne y salsa que cada vez nos gusta más, y nos indica que en Uruguay es una comida de pobres, pero nos parece exquisita a nuestro paladar. Por la tarde, me acabo el tercer libro y último de la trilogía The Century de Ken Follet, este han sido unas 1.200 páginas. Y vemos a la lejanía un velero, que lleva dos velas, que se va acercando a nosotros, cayendo en exceso para el único rumbo que por estos lares se puede ir, y cuando ya lo tenemos bastante a la vista, y con los prismáticos no vemos a nadie en cubierta, suena la radio llamándonos por nuestro nombre de Kamaleon y le respondemos en inglés y nos indica que es el mismo barco que coincidimos en San Juan en Puerto Rico y en Sant Georges en Bermudas. Nos saludamos y coincidimos en que ambos vamos a Azores y que se va a quedar a nuestra popa. Son una pareja de alemanes sobre los 60 años, muy simpáticos y que hemos hablado en más de una ocasión. Todo un lujo llevar un velero cerca por si ocurre algo. Nos hemos cruzado con algún otro velero pero era de noche y al amanecer ya no lo hemos visto. Para cenar hacemos unas patatas fritas tipo paja y unos hotdog con queso, y empezamos las guardias nocturnas con un cielo completamente estrellado, la luna creciente y aunque con una ola de entre uno y dos metros, vamos rápidos. Sed buenos y propicios vientos tengáis. Bitácora 11/06/16, sábado, día 103, abandonamos Bernudas dirección Azores. Después de desayunar y bajarnos toda la meteo disponible, recogemos la vela, la montamos, para lo que ha costado tanto en tiempo como en dinero podían haber sido más profesionales. Hacemos los trámites de salida y enfilamos la proa a la bahía para probar el Génova que todo esté bien montado. Cuando nos aseguramos que es así, salimos por el canal que nos conducirá fuera de Sant George y de los peligrosos arrecifes. Casi nos volvemos a encontrar a nuestro tercer crucero gigante en medio del canal, pero esta vez por suerte, hay agua por todos los lados y no tenemos que hacer nada.
El viento con la mayor con tres rizos por seguridad y todo el Génova nos lleva a unos cómodos cinco nudos aunque de bastante ceñida, para caer al cabo de unas horas la intensidad y nos pasamos casi el resto del día entre unos miserables dos a tres nudos. Borja hace una pasta con carne y salsa de tomate que están buenísimos y seguimos nuestro rumbo. Leyendo, escribiendo y haciendo guardias, el tiempo pasa rápido, de vez en cuando sacamos un tema a relucir y charlamos animadamente. Cuando se hace de noche, reducimos Génova, ponemos un poco de motor para cargar Baterias y hago unas hamburguesas con patatas y queso. Empiezan las guardias nocturnas con un ritmo demasiado lento. Sed buenos y propicios vientos tengáis. |
AuthorOscar Lopez, adventurer spanish sailing around the world. Economist, Aircraft pilot, sailor, rallys, biker, diver, 4x4, rider, skier, runner. I love to discover new places and interest people. Now writing 2 books. Archives
Noviembre 2017
Categories |